CONFISCACION DE TIERRAS

Hoy, en la prensa local, leo titulares de una noticia alarmante, que confieso no haberla analizado en detalle, en su totalidad, a modo de justificativo, podrán entender el natural rechazo de leer, publicaciones sobre las actividades de los diferentes organismos del gobierno, en este caso del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), cansado quizás de las tropelías y abusos sin fin de pequeños funcionarios endiosados, cuyos actos únicamente están orientados por el odio, racial, resentimiento de clase o simplemente porque en el pasado inmediato se defendió el proyecto de autonomías departamentales.
Bolivia siempre se ha caracterizado por ser un país receptor de migrantes, retrocedamos en el tiempo en la I Primera Guerra Mundial, recibimos una ola de migración de diversas etnias, en ese entonces bajo el dominio del Estado Turco, a los que cariñosamente denominamos “turcos” así sean de origen Palestino, Semita, Sefardita, Libaneses, etc.
Después de la Guerra Civil Española recibimos con los brazos abiertos a una gran cantidad de estos ciudadanos, perseguidos en su País, por sus ideas políticas.
En la II Guerra Mundial, con la República del Ecuador fuimos los únicos países receptores de migrantes de origen Judío, una diáspora social muy interesante, que dejo nuestras tierras, merced a la creación del Estado de Israel y a otros factores.
Al termino de la II Guerra Mundial fueron Alemanes, Japoneses (de Okinawa), Serbios, Croatas, Etc.
Hace unos treinta años, existió la migración de “Menonitas” inicialmente, de la ex URRSS, luego de México y Canadá.
Al tema de fondo el titular leído a ojo de pájaro menciona “El INRA anuncia que la familia Marinkovic tiene 24 horas de plazo para abandonar su propiedad “Yasminka” localizada en Guayaros”.
No, se entero el Sr. Almaraz, que, gran parte, quizás la totalidad de este grupo humano, ha nacido ya en Bolivia y que por ende son ciudadanos Bolivianos reconocidos por la Constitución Política del Estado.
Que la familia Marinkovic pagó al Estado por cada una de las hectáreas, las tierras en las que trabajan, que ahora son un modelo de productividad, con políticas de beneficio a toda la comunidad aledaña.
Que en diversas oportunidades se trato en tema en estratos judiciales con fallos a favor de la familia Marinkovic.
Que un accionar de orden político ideológico, de afectos y desafectos, hormonal a todas luces, afectara mucho más el clima de indefeccion e inseguridad jurídica en la que vivimos, desarrollamos nuestras actividades diarias.
Que estos ciudadanos bolivianos, fruto de su esforzada labor agrícola, son el motor del crecimiento de la industria oleaginosa, que son agricultores industrializados.
Dedicados también a la ganadería.
Que no existe en la sociedad cruceña, queja sobre ellos, que se caracterizan por su tranquilidad, respeto a las leyes, pacifismo, cumplimiento de sus obligaciones económicas y en general respeto a las normas.
Desea el Sr. Almaraz, generar un nuevo foco de minifundios como en el altiplano, política probadamente errada.
Un nuevo foco de conflictos como los de “San Julián”.
La venganza política, por no comulgar con su proyecto, es justificativo valido, para que hoy empoderados, quizás embriagados por sus recientes resultados electorales, les consideran encontrase por encima del imperio de Ley.
El atropello no queda ahí, anuncian que la próxima será la propiedad ‘Corazón’ propiedad del ex presidente del Comité Cívico cruceño, Branco Marinkovic.
Mal haría el Sr. Prefecto de Santa Cruz, el Comité Cívico, La CAO y otras instituciones permitir que este atropello se consolide,
La familia Marincovic, son ciudadanos de Bolivia, de Santa Cruz, ejemplo de productividad, y ahorro.
Mis respetos y admiración.
Por: René Ichazo Paz