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martes, 23 de junio de 2009

INSEGURIDAD CIUDADANA - BOLIVIA - POLITICAS DE ESTADO

No terminan de sorprender. Parece que existe una especie de competencia del absurdo.
Hace unos días en una conversación, con una sobrina, recordé un dicho, que solía utilizar para explicar a los europeos con quienes trabaje, que en Bolivia, las cosas no son así.
Que, entre la lógica y lo absurdo, existe una comunión.
Lo utilizo, Simón I. Patiño, el magnate del estaño, “con las mulas, no es así”, luego, Geddes, en la biografía que escribió sobre el personaje, explica el por qué de tal frase.
Resulta que Patiño, al descubrimiento de “La salvadora” hoy Huanuni, tenía serios conflictos para llegar con su material a la ciudad de Oruro, hablo con un compadre, arriero, le oferto hacerle un préstamo para que compre mas animales (incremente su capacidad de carga), le ofreció un contrato de transporte (que asegurase el pago de la deuda y beneficios), el arriero de apellido Rojas, le dio como respuesta, es que con las mulas no es así, patrón.
Las mulas escogen las sendas por las que caminan, a las mulas les salen heridas en el lomo, con la carga, a veces las mulas no desean trabajar, otras yo no deseo hacerlo, ve patrón, con las mulas no es así.
Sabias palabras que Simón I. Patiño, tomo como ejemplo para toda la vida, que utilizo, cada vez que le fuese presentado un proyecto que en cifras o papel podría ser excelente.
Es que “con las mulas no es así”.
Hoy, 23 de junio del 2009, escuche el discurso, del Ministro de Estado en la Cartera de Gobierno, en el acto de celebración de un aniversario de la Policía Nacional. Lic. Alfredo Rada Velez
Cuesta entender la lógica, utilizada, es que en su concepto la falta de seguridad ciudadana es culpa de la no ejecución presupuestaria de las Prefecturas Departamentales, de su falta de políticas de Seguridad Ciudadana, que como consecuencia de aquel impasse, la Policía Nacional, carece de medios, para encararla.
Ayer fue el Sr. Comandante de ese cuerpo policial, quien afirmo, la culpa es de los jueces que dejan en libertad a los delincuentes.
Argumentos que compiten, en verdad que lo hacen, sobre el primero creí que es obligación del Estado Plurinacional de Bolivia, el brindar seguridad ciudadana, proporcionar a los miembros de la policía los medios físicos, capacitación, materiales, y equipos para su correcto desempeño, así lo hace y maravillosamente, en lo que respecta a represión, control de motines, manifestaciones y otras propuestas sociales del “Neo liberalismo”.
Considere que era prioridad estratégica del Estado (cuanto me cuesta escribir esa, palabra…..), el mantener un mando único del cuerpo policial, por lo menos así lo dice la Constitución hecha a la medida del partido en función de gobierno.
Creí, que pensar departamentalizar, el mando de los cuerpos policiales, sería considerado un acto de traición a la patria, inducir al separatismo, atentar contra la seguridad del Estado, planificar magnicidios (existentes o imaginarios), actos de terrorismo, y en fin todo el adorno de dialéctica que ellos utilizan.
Sobre el segundo, supongo de la calidad de la prueba recae en el que plantea la acusación, si ellos detiene a un ciudadano en comisión de un delito, las pruebas deben ser profesionalmente colectadas, probadas, documentadas, con la Fiscalía, es el órgano director de las investigaciones, que un Juez, cuando conoce la causa evalúa, la calidad de la prueba puesta a su consideración, vela por el respeto de los derechos humanos del imputado y dicta un fallo en beneficio de la justicia.
Considero que existen una Constitución Política del Estado, un Código de Procedimiento Penal, que pese a todo, son normas coherentes, sujetas a la universalidad del derecho.
Si existiese parcialización judicial, existe el Tribunal Superior, al cual recurrir, el Consejo de la Judicatura, y por último el Tribunal Constitucional.
Si alguno de estos organismos no funciona adecuadamente, no es por falta de norma, es por falta de voluntad política, no se permite designar las ternas de postulantes, de las cuales el Presidente en ejercicio escoge a uno.
El tema es amplio, complejo, por lo que recurrí al análisis de varios estudios, escogí el más adecuado a mi modesto entender, un estudio de la Fundación, Friedrich, Ebert, Stiftung, que con el título “ LA SEGURIDAD CIUDADANA COMO POLITICA DE ESTADO” fue escrito por varios expertos, con una visión latinoamericana, la experiencia en Chile, los autores, conocidos especialistas:
Santiago Escobar, Jaqueline Muniz, Rafel Sanseviero, Marcelo Sain, Jose Marcelo Zacchi
Estudio del cual extraje algunos párrafos ilustrativos, limitado a la simple expresión de conceptos por limitantes de espacio que usted señor lector sabrá comprender:
Por lo mismo, abominan de soluciones que
se sitúan fuera de la legitimidad democrática,
que se basan en la concentración ilimitada
de un poder económico que permite satisfacer
de manera privada una necesidad que
es pública, o en el uso de la coerción extrema
por parte de grupos sociales singulares o
de gobiernos con vocación totalitaria

El tema se puede ejemplificar con aquellos problemas
emergentes de mayor notoriedad.

En primer lugar, la aparición de delincuentes
Primerizos, lo que estaría evidenciando un estado
de necesidad estructural en vastos sectores
de la población adulta que induce
a delinquir a personas que nunca han
estado expuestas a este tipo de conductas.

Con todo, sin perjuicio de las urgencias, el
ejercicio gubernamental hecho con vocación
y responsabilidad democráticas exige un
adecuado equilibrio entre la dimensión política
de los problemas y la dimensión técnica
de los mismos, a fin de evitar la tentación
populista o el sesgo tecnocrático en el
diseño de las soluciones

Esta dimensión se hace crítica en aquellos
aspectos específicos de la seguridad referidos
al orden público interno o la delincuencia,
debido a que las decisiones implican aspectos
tan cruciales como el diseño institucional de las
policías, la formulación de una política criminológica,
de un sistema judicial y penitenciario, cuya
eficiencia roza permanentemente con las libertades
ciudadanas y la calidad de la democracia
y sus instituciones.

No existe posibilidad de programas exitosos,
que vinculen policía y comunidad sin la
construcción de rutinas de confianza entre
ambas, guiadas por la ética de la cooperación
y no la sumisión de uno a otro. Esto es
fundamental para el control civil de la policía

La responsabilidad estatal
El Estado está obligado a proveer un orden
jurídico y una orientación política en materia
de seguridad ciudadana.
La responsabilidad estatal se desarrolla en torno a
alcanzar la máxima eficiencia de los procedimientos
policiales y judiciales, para el control y la
represión del delito, y a la generación de
políticas de regulación y fomento, que permiten
que las otras responsabilidades se
expresen.

La eficiencia estatal no se mide por la ausencia
de delitos, sino por la percepción ciudadana
de que la seguridad está bajo control.
Por ello, el Estado es el garante final
de la calidad de la seguridad ciudadana de
que gozan los habitantes de un país.

Por: Rene Ichazo Paz

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