PADRON ELECTORAL, UNA CAJA DE PANDORA - BOLIVIA

Lo habíamos anticipado en una nota anterior, al expresar preocupación por la demora de la Corte Nacional Electoral, en hacer públicos los datos del nuevo padrón electoral con características biométricas de Bolivia.
Una caja de pandora.
Como antecedente recordemos que en la última consulta, el Referéndum Consultivo y Aprobatorio para la vigencia de la Nueva Constitución Política del Estado - NCPE-, existieron serios indicios de fraude electoral, fraude denunciado, nunca esclarecido.
Simplemente el tiempo se encargo de ocultar la evidencia, el escándalo, no se procuro establecer responsabilidad administrativa, civil, electoral, ni penal a los responsables de manipular la intención de voto, en una supuesta democracia.
El resultado, contra reloj, contra viento y marea, contra la voluntad del Poder Ejecutivo, el Congreso Nacional promulgo una Ley Electoral Interpretativa a la NCPE, estableciendo en ella la necesidad de reconstruir el padrón electoral viciado, asegurando características biométricas para evitar nuevos intentos de fraude.
La población respondió admirablemente, acudiendo disciplinadamente a cumplir la norma.
No se conto entonces con las intenciones veladas de mantener las irregularidades vigentes.
El problema surge en un inicio, el proceso de licitación para la provisión de equipos y administración del proceso del registro, que se declara desierta, observándose a algunos proveedores.
El tiempo apremia, por lo tanto se acude al proceso abreviado, la invitación directa, excluyendo en la invitación a las empresas observadas.
El 18 de junio se adjudica la provisión de equipos y administración del proceso de registro a la “NEC Argentina”, no se informa que está empresa, tenía vínculos y que había sub-contratado servicios a una de las empresas observadas la venezolana “Smartic”.
NEC – Argentina, queda como proveedora de equipos, el proceso de administración del registro, serian dados a Smartic.
Una alianza estratégica en este sentido se hace pública el 9 de septiembre.
La Corte Nacional Electoral - CNE- , emite instructivos para centralizar el banco de datos en la ciudad de La Paz.
Hace un par de días la Corte Nacional Electoral informa que 5.138.583 de ciudadanos se encuentran registrados habilitados para las elecciones presidenciales del 6 de diciembre.
Que existen 54.556 ciudadanos depurados en dos categorías, la biométrica que es la dactilar y facial y otra que es demográfica.
Que 32.542 personas tienen las mismas huellas, aunque los rostros no correspondían.
Que se detectaron 18.265 personas, que fueron depuradas, por tener mismos datos y las mismas huellas.
Que existen 200 personas registradas con datos de ciudadanos muertos.
Que se detecto a una persona se inscribió 37 veces y a otras 27 veces.
Que existen 400.671 casos observados a nivel nacional que se inscribieron con cedula de identidad en el Padrón Electoral, pero que no figuran en el Registro Civil, por lo que no existe el correspondiente certificado de nacimiento.
Lo que no indican, es que si en la cifra de 5.138.583 de ciudadanos habilitados, se incluye o no aquella cifra impresionante de ciudadanos cuyo registro en el Padrón Electoral, es observado por discrepancias con el Registro Civil.
Es para todos conocido que el Presidente en Ejercicio de la República de Bolivia actual candidato a la re-elección, tiene un programa de identificación gratuita, que emite cedulas de identidad, sin cruzar datos con el Registro Civil,
Origen de todas las duplicidades y anomalías del antiguo Padrón Electoral.
En conclusión, dudas para un proceso electoral en vísperas de concluir.
Quedan las interrogantes, de que si se manejo dolosamente o no, el nuevo proceso de empadronamiento, que si el dolo consistió únicamente en un fraude económico, o si existen posibilidades reales de un fraude electoral.
Queda aun la duda, como la Corte Nacional Electoral, manejara el proceso para evitar el conocido “Voto Comunitario” modalidad generosamente calificada por observadores de la Organización de Estados Americanos, en el último proceso, como costumbre ancestral, en la práctica, no es más que una inducción obligatoria del voto, por temor a represalias.
Queda aun la interrogante de cómo la Corte Nacional Electoral manejara el problema de movimientos de supuesta de colonización, que no es otra cosa que otra manera de fraude electoral, movilizando los contingentes humanos requeridos a determinada región para asegurar un escaño en el Congreso Nacional
Demasiados claros oscuros por no decir sombras, en el proceso.
Cualquiera que sea el resultado electoral, la mesa está servida para descalificarlo.
Amargo sabor democrático, a nombre de movimientos sociales.
Por: René Ichazo Paz