EL USO DEL PODER, LOS ENGAÑOS - BOLIVIA

Los autócratas atesoran cuidan sus espacios poder.
Creen que les durará para por siempre, mientras lo ejercen, odian, castigan, persiguen y se toman revanchas por afrentas imaginarias.
El ansia de perpetuarse de manera indefinida lleva al engaño, a la deformación de la verdad y a disimular impávidamente culpas y errores.
Los acólitos, seguidores que medran con el poder, se esfuerzan en alabar al líder que, como un nuevo Mesías, va a salvar al género humano de la injusticia, del abuso y de la negación de la libertad.
Surge, entonces, en el déspota una sensación de impunidad que exacerba la altanería de sus acólitos que compiten en infamar y denigrar a supuestos enemigos de su reino que lo creen perdurable.
Sin embargo, les es difícil sincronizar, los engañosos llamados a la paz y unidad.
Cuando pierden esta sincronía, surgen las contradicciones, los anuncios encontrados, la confusión.
En el aniversario de Bolivia, los llamados del presidente en la histórica Casa de la Libertad de la capital de la República, la ciudad de Sucre, fue el llamado a la unidad y al trabajo conjunto entre oficialistas y opositores, justificando la búsqueda del bien común.
Como contrapartida la iracundia del segundo, el Vice – Presidente Álvaro García Linera, que expreso.
“Enemigos de la patria –afirmó el vice presidente- son los que venden el país (¿no se refirió por supuesto a las irregularidades en YPFB, en SIPSA, en el Plan de viviendas sociales, en la negociaciones con Chile, sobre las aguas del Silala, el entreguismo a los intereses del caudillo Venezolano, etc., etc.….?), aquellos que viven a costa de la riqueza pública que roban (¿habrá meditado en los escandalosos casos de corrupción recientes,..?) lo peor: “Quiero que sepan que los hemos derrotado y los vamos a derrotar las veces que sean necesarias”. Los vamos a “aplastar”, dijo (¿para ello se requiere de hombría, de coraje de valor…?).
Ese el nivel de respeto que le mereció la celebración de un aniversario de la fundación de la patria
No es fácil saber por qué el presidente abandonó en esta ocasión su habitual agresividad, ni por qué bajo el tono, luego del inflamado discurso de su Vice Presidente.
En verdad, hasta ese momento, el Sr. Evo Morales, todos los días se empeño en una agresiva campaña electoral, con acusaciones, dicterios y con todo el picante que suele poner a sus improvisadas arengas. ¿Había aflorado en este 6 de agosto una diferencia o fue el resultado de la mala improvisación, considero que no?
Pronto el presidente volvió a la “normalidad”, al día siguiente, afinó su puntería para alcanzar los blancos fijados por la ira, por su frustración como ser humano, por sus complejos de índole racial,
Incontenible.
Sugirió que el presidente de Colombia Sr. Álvaro Uribe, es un traidor a su patria por estar dispuesto a convenir con Estados Unidos el uso de bases militares en su territorio para combatir a una banda terrorista aliada al narcotráfico.
No tomó cuenta sus propias contradicciones; el permite una desvergonzada injerencia del caudillo Venezolano, de Fidel Castro, el pavoneo sin límites de los nuevos acaudalados, los narco traficantes.
Extraño, pidió humildemente disculpas a los gobiernos de Chile y la Argentina por haber opinado sobre posibles resultados electorales en esos países y, por otro lado, recargó su artillería verbal intervencionista contra gobiernos como el Perú, que no le son afines.
Todo con el aderezo consabido, ataques e insultos a la oposición nacional. ¿Coherencia? Mucho pedir.
Entre los despropósitos y contradicciones, se advierte una conducta dual, sibilina que se orienta a engañar sobre el verdadero carácter autoritario del régimen. Pero, “…puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo [Abraham Lincoln]”.
La demagogia, el fraude y el engaño son parte del estilo del autoritarismo…
La mentira, el engaño, el uso irrestricto de poder, en los asuntos públicos, se paga, muy caro.
Se olvida una constante, el poder no es eterno.
El amor de las masas es efímero, siempre buscan a otro, cuando el caudillo desaparece.
Muerto el rey, viva el rey, se dice.
Considera que con un incremento salarial, unos bonos, unos vehículos, un par de helicópteros, puede llamar al orden y dictaminar el sentido de honor de las Fuerzas Armadas de la Nación, está equivocado Sr. Morales, el Sr. Almte. José Luis Cabas, su comandante fue tácito, en esta oportunidad, velaran por la integridad territorial, ellos serán en definitiva los responsables de desarticular, sus milicias populares.
En fin es un juego de sobrevivencia, solo de tiempo.
Por Rene Ichazo Paz
[Articulo, tomado en parte de uno, escrito por Marcelo Ostria Trigo]